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Domótica aplicada a la construcción sostenible

El ahorro de energía se está convirtiendo en la mayor preocupación a nivel doméstico, no sólo por la concienciación sobre la sostenibilidad y la reducción de la contaminación, sino también por el ahorro económico que reporta la reducción de las facturas de energía.

Una de las maneras de reducir el consumo en una vivienda parte de una construcción sostenible. Sin embargo, es imposible construir una vivienda que no consuma para nada energía. Por ello, se han desarrollado sistemas inteligentes que permiten el control remoto de los aparatos y sistemas que consumen energía, cuyo objetivo es aumentar la eficiencia energética de una vivienda, reduciendo el consumo.

Domótica y arquitectura sostenible

Uno de los principales objetivos de la arquitectura bioclimática es conseguir el confort térmico y lumínico gracias a medios naturales y la construcción del inmueble para que aproveche al máximo la luz solar o los flujos de temperatura. Todo ello en vistas de conseguir una temperatura agradable y constante que nos permita requerir el mínimo consumo energético en climatización. Esto supondrá un ahorro de agua y energía.

En este sentido, la arquitectura bioclimática utiliza la domótica para aumentar la eficiencia energética de la vivienda, una vez construida.

Si bien la domótica se creó como un sistema para aumentar la comodidad de la gente, lo cierto es que ahora busca la máxima sostenibilidad y eficiencia de los sistemas que más energía consumen, como la climatización, la iluminación, los electrodomésticos…

Un claro ejemplo de esto son los toldos y persianas accionados de forma inteligente con los que se puede captar la máxima radiación solar en invierno e interceptar la radiación no deseada en verano.

Sin embargo, lo mejor de los sistemas inteligentes es que son capaces de actuar por sí mismos, sin orden por parte del usuario, en vistas de reducir al máximo el consumo. Estos sistemas se conectan a la red de Internet de la vivienda para recoger información del exterior (o del usuario), adaptando su funcionamiento a dicha información. Por ejemplo, encienden o apagan la calefacción según la temperatura exterior o la persona que entre en la habitación.

Una vivienda bioclimática es capaz de reducir en un 60% el consumo de energía utilizado para climatizar el inmueble. Además, una vivienda domótica consume entre un 25% y un 40% menos que una vivienda tradicional. Por ello, una vivienda bioclimática que cuente con sistemas de control domótico conseguirá reducir al máximo el consumo de energía.

Ahorro de energía gracias a la domótica

Como hemos dicho, la domótica nos permite un gran ahorro de energía pero, ¿cómo? Veamos las diferentes funciones domóticas para el ahorro de energía:

  • Iluminación: Los sistemas de iluminación inteligente se pueden controlar de manera remota (Adiós a dejarnos las luces encendidas) y adaptan su funcionamiento a la variación de luz solar, la zona de la casa o la presencia de personas. También se pueden controlar toldos, persianas y cortinas para aprovechar al máximo la luz solar.
  • Climatización: Como hemos dicho, se puede adaptar el funcionamiento a la temperatura exterior o crear perfiles específicos para cada usuario. También existen sistemas que nos avisan de la apertura y cierre de ventanas, puesto que si se dejan abiertas al encender el sistema de ventilación.
  • Electrodomésticos: Existen electrodomésticos inteligentes de todo tipo. Desde honor y cocinas inteligentes que adaptan su funcionamiento al tipo de alimento a cocinar hasta neveras que nos hacen la compra o nos dice qué podemos cocinar con lo que hay en ellas. A destacar, las lavadoras y lavavajillas que funcionan con programas eco o cuando la electricidad es más económica.
  • Monitorización: Esta sería una de las actividades más importantes de la domótica a la hora de ahorrar energía puesto que, si no sabemos dónde y cuándo se consume más, las actividades que llevemos a cabo para reducir el consumo no serán eficientes.

Ahorro de agua

Siempre nos centramos en el ahorro de energía, pero ahorrar agua también es bueno para el bolsillo y el planeta. Por ello, los sistemas domóticos también están centrados en el ahorro de agua:

  • Fugas de agua: Los sistemas inteligentes nos avisan de posibles averías o fugas, dando una alarma y cerrando el suministro para evitar gastos y problemas mayores.
  • Control de riego: Es un control inteligente mediante un sensor de humedad o de lluvia, con el que se detecta la humedad del suelo y de forma autónoma riega sólo si es necesario.
  • Reciclaje de aguas grises: Consiste en la medición de la calidad del agua para facilitar el reciclaje de aguas grises.
  • Griferías inteligentes: Los cuales gestionan el caudal y la temperatura del agua.